En la producción de whisky, la elección correcta de las materias primas juega un papel importante. El whisky se elabora directamente a partir de cereales (maíz, trigo, cebada) y de malta (cebada, trigo). La calidad y el tipo de materias primas afectan significativamente las propiedades organolépticas de la futura bebida.
La elección de la cepa de levadura también afecta el sabor de la bebida final. No es de extrañar, porque la fermentación del mosto es la etapa más importante en la producción de alcohol aromático. La duración del proceso de fermentación proporciona al whisky diferentes propiedades; por ejemplo, con una fermentación más prolongada, se forman más ésteres, lo que significa que el alcohol adquirirá un regusto afrutado.